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Cuba

Circula entre católicos cubanos carta que la familia Payá entregó al Papa

El Papa Francisco recibió en El Vaticano a la familia del fallecido opositor cubano Oswaldo Payá en mayo de 2014.
El Papa Francisco recibió en El Vaticano a la familia del fallecido opositor cubano Oswaldo Payá en mayo de 2014.

Se trata de una misiva firmada por cinco jóvenes cubanos sumamente crítica con la iglesia y el gobierno cubano.

Esta semana ha comenzado a circular entre los católicos cubanos una carta muy crítica con el gobierno de la isla y la actitud de la Iglesia Católica Cubana que cinco jóvenes del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) hicieron llegar al Santo Padre a través de la familia del destacado líder opositor Oswaldo Payá.

Los firmantes son jóvenes católicos de entre 24 y 29 años, egresados de distintos centros de Educación Superior de Cuba.

El activista del Movimiento Cristiano Liberación Erik Alvarez
El activista del Movimiento Cristiano Liberación Erik Alvarez

La misiva, que había sido entregada al Papa Francisco durante una audiencia privada el pasado 14 de mayo, la han enviado ahora a obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, misioneros y algunos laicos de la Iglesia en Cuba, aseguró a Radio Martí Erick Alvarez, uno de los firmantes.

"Se la hemos enviado en copia dura al Nuncio Apostólico de la Santa Sede en Cuba, el Arzobispo Bruno Musaró y a todos lo obispos cubanos en formato duro, es decir por escrito, en la conferencia de Obispos Católicos y además por correo electrónico a sacerdotes, religiosas, misioneros, diáconos y algunos laicos bien comprometidos en la Pastoral de la Iglesia con el objetivo de compartir y de poder hacer una modesta contribución al diálogo intraeclesial", dijo el joven activista del MCL.

Entrevista a Erick Alvarez, activista del MCL
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A continuación reproducimos el texto de esta carta.

La Habana, 5 de mayo de 2014

“El temor es ridículo, y puede servir de arma a los enemigos de la libertad”.

Venerable P. Félix Varela

Su Santidad, Papa Francisco:

Nos dirigimos a usted con sumo respeto, cariño y agradecidos por el tiempo que ha destinado a leer esta carta.

Somos jóvenes católicos cubanos que cada día hacemos el intento de responder a los clamores que brotan y salpican nuestra conciencia desde la áspera realidad de nuestra Cuba amadísima. Desde los albores de nuestra juventud ingresamos a las filas del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), un movimiento cívico - pacífico que inspirado en el humanismo cristiano y en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, ha buscado por más de 25 años la liberación que Cuba quiere y necesita.

Amamos a la Iglesia, hemos crecido en sus predios bajo el influjo de la espiritualidad ignaciana. Por tal razón acudimos a Usted con la intención de manifestarle nuestro dolor y preocupación por cómo algunos Obispos cubanos rodeados de laicos pro-oficialistas, entre otros con particulares privilegios, se pronuncian y actúan a nombre de la Iglesia ante el drama humano que hemos vivido los cubanos por más de medio siglo.

Cada vez más espacios eclesiales derivan en una caricatura de lo plural, para serlo sólo en el sustrato de fondo y el denominador común de legitimar al gobierno, de pedir más votos de confianza para la junta político-militar que gobierna dictando y esperar que el nuevo ¨líder¨ sucesor en la dinastía de los hermanos Castro enmiende los ¨errores justificados¨ de 55 años de desgobierno y un país devastado, en la omisión cómplice a las diarias violaciones a los derecho humanos y las acciones represivas despóticas e impunes de la Seguridad del Estado contra la oposición pacífica, en mendigar tímidas reformas sin transparencia y así poder nadar en todas las aguas, en la indefinición y el lenguaje confuso que decora y maquilla para no llamar claras realidades por su nombre, y aun así auto presentarse como auténticos practicantes del diálogo y tendedores de puentes.

Quizás haya que recordarles a nuestros pastores que tanto para dialogar como para mediar se requiere identidad clara e indispensable autonomía para poder expresarla sin ambages en la búsqueda colegiada de la verdad con los otros, apertura y reconocimiento a todas las partes, dosis adecuadas de moderación, pero con transparencia, rigor y respeto por la verdad. Y esto, en una dictadura enquistada en más de cinco décadas de absolutismo, siempre cuesta, y solo lo hacen bien quienes logran superar los miedos conquistando la libertad interior en el absoluto desprendimiento de no tener nada que proteger y nada que ambicionar.

Los que conocemos desde dentro y bastamente la realidad de la Iglesia en Cuba, sabemos que desde los salones del Palacio Apostólico habanero se establece el rejuego político y las prácticas excluyentes de la Iglesia, y que su confusa política sin carácter ni constancia, de tira y encoje, de coqueteos e intercambio de guiños, de la peor diplomacia consistente en sacrificar la integridad de la verdad llana y desnuda dicha con el único presupuesto del debido respeto para sustituirla por elogios forzados a fin de darse el permiso de una crítica que ni siquiera toca fondo, y así mantener el equilibrio en la balanza, tiene el sello del ilustre purpurado que lo habita. Está atada a los mismos temores, presiones, chantajes, compromisos, sentido del límite, protección de intereses y pactos tácitos o explícitos, que marcan su relación actual con el Estado, cuyo timonel ha sido, durante décadas, el cardenal Ortega.

Sujetos a los vaivenes de esta complejísima relación, la precaria autonomía de las publicaciones católicas y los centros de formación al servicio de laicos y consagrados, está mucho más allá de la presumible buena voluntad de sus realizadores y los convierte en voceros no ya del Arzobispo, sino de quien domina en aquella relación, los mismos que permiten que sigan existiendo y circulando, mientras no sobrepase el umbral de tolerancia o en última instancia, deje de servir, a la larga, a sus denostables propósitos. La disyuntiva es clara: o se enajenan de la realidad proscribiendo el tema socio-político como un tabú, en un país donde nada es apolítico, sino más bien profundamente politizado e ideologizado, o reclaman insumos de apoyo al Cambio-Fraude impulsado por el gobierno. ¿De qué pretenden convencernos ahora? Si es el propio Raúl Castro el que habla de sus propias reformas aclarando que son para más Socialismo, y los cubanos sabemos muy bien qué significa eso. Además, ¿alguien nos ha preguntado como ciudadanos, si lo que queremos hoy es más Socialismo? ¿Y cuál Socialismo? ¿Cómo nos quieren convencer, a los cubanos que vivimos dentro y fuera de Cuba sufriendo exclusiones y desventajas, que están avanzando en la implementación de leyes que nos permitan reencontrarnos como quisiéramos? ¿Que este marco actual de opresión, sin derechos ni trasparencia, es el camino de la transición? ¿De cuál transición se trata? La gradualidad sólo tiene sentido si hay perspectivas trasparentes de libertad y derechos. No hablen más por el pueblo, queremos que se alce y escuche nuestra propia voz. No basta con que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba: lo primero es que Cuba se abra a los propios cubanos. Pactar con nuestros gobernantes, como han hecho muchos gobiernos e instituciones democráticos, sin importar que ellos no representen a la ciudadanía, es perpetuar la opresión.

Basta de decidir y pensar por mí e imponerme una ideología de Estado que no me representa. Basta de obligarme a jugar la farsa política pasando por encima de mis principios y condición de hombre libre, bajo la amenaza de perderlo todo: estudios, trabajo, a veces la familia y los amigos, también la libertad y hasta la vida. Por eso es el miedo el principio rector de esta sociedad, el miedo y la mentira; y sostener una sociedad de máscaras y simulación durante décadas crea hombres débiles, esquivos, de verdades a medias, incapaces de hacerle frente y ponerle nombre al mal que nos corroe por dentro. Así vivimos los cubanos.

Quisiéramos que la Iglesia que peregrina en Cuba se atreviera a echar los mercaderes del templo, a los que en virtud de pactos tácitos posponen el cuidado de la persona ante la significación abstracta de los números. Quisiéramos una iglesia dispuesta a no aceptar como privilegio, lo que se le debe reconocer a título de derecho, a cambio de su silencio. Una iglesia que con su voz profética y su testimonio de vida en la verdad en una sociedad carcomida por una cultura del miedo y la mentira, comparta la cruz de la incomprensión, la soledad, la humillación, las privaciones, las calumnias y persecuciones que sufrimos los que nos hemos propuesto romper con el vicio del autoengaño devenido en demencia colectiva. Una iglesia que no se ufane de tener sus bancos saturados de cómoda mediocridad; de arrastrar multitudes tras imágenes que no salvan, capaces de despertar poco más que epidérmicas devociones, mientras lo más precioso de su identidad se diluye y licúa en una seudo-religión de masas; de recuperar espacios e inmuebles para la misión, para luego, con la confianza puesta más en los medios humanos que en Dios y el oportunísimo esplendor de su mensaje, anunciar un seudo-Evangelio privado de su contenido moral y social más iluminador para nuestro pueblo, por ser considerado demasiado ¨subversivo¨ contra el orden establecido. Una iglesia que remueva las conciencias anestesiadas por el temor y la costumbre, ante la irracionalidad, la disfuncionalidad y el absurdo impuestos por un longevo poder absoluto y arbitrario, porque confronte a cada hombre invitándolo a contemplarse en el espejo de la vida y obra de Jesús de Nazaret. Una iglesia que volviendo a creer en el valor de la pobreza, de lo poco, lo pequeño, lo gradual, lo débil, lo anónimo, ofrezca en sus comunidades pequeñas, pero de cristianos coherentes y llenos de ardor, algo fascinantemente diferente y poderosamente cautivador, y ya no más de lo mismo que pulula en los ambientes viciados.

Esa iglesia, encarnada y solidaria, la hemos tenido por años en las personas de algunos valientes y excepcionales obispos, en incontables sacerdotes, religiosas y misioneros, muchos de los cuales hemos visto partir con dolor: desterrados, despedidos por obispos y superiores, o renunciando voluntariamente antes de someterse a reglas pervertidas y pervertidoras. Es esa iglesia menguante y en peligro de extinción la que ha obrado auténticos milagros, gracias a la cual todavía jóvenes y familias como nosotros optamos por permanecer, asumiendo peligros y privaciones, resistiendo cada día la tentación de sumarnos al éxodo masivo de un pueblo que huye en estampida a cualquier parte donde pueda tener una vida más digna, un trabajo honrado, conocer la libertad, luchar por sus sueños, aspirar a la prosperidad y a la felicidad. Esa Iglesia nos reveló con su vida y no sólo con sus discursos, el significado profundo y las implicaciones personales de los misterios centrales de nuestra fe: la Encarnación, el Calvario, la Pascua, la Resurrección. En ella advertimos cómo podíamos ser realmente sacerdotes, profetas y reyes. Porque de esa iglesia aprendimos a buscar y desear la voluntad de Dios como nuestro mayor tesoro, hoy todavía nos atrevemos a nadar contra corriente desoyendo aun los consejos cercanos de voces amigas, a veces susurradas en los propios templos y sacristías, incluso de quienes deben hablar en nombre de Dios, hasta los gritos desesperados de nuestras madres angustiosas, que nos imploran renunciar, huir, escapar, ocuparnos solo de nosotros y de nuestras familias, con mil argumentos incontestables desde el llano pragmatismo de los hechos y los cálculos de fuerza, o componiendo acrobáticas argucias con supuestas razones de fe que terminan desvaneciéndose a los pies del Crucificado. Porque esa iglesia nos enseñó a creer contra toda evidencia y a esperar contra toda esperanza, hoy nuestra vida quiere seguir siendo una respuesta a la pregunta y a la llamada de Dios: ¿dónde están estos responsables?, para continuar siendo, al menos, una voz en el desierto, una luz en la oscuridad, un signo de esperanza, en medio de la aparente esterilidad, a pesar del agobio y del cansancio. Porque los cubanos necesitamos la ayuda de Jesús en la Cruz para mirar con amor estos cincuenta años donde se nos ha oprimido psicológica y físicamente, y atrevernos a decir: ¡Ya no más!

Los cubanos necesitamos una iglesia que nos ayude a vencer el miedo. El miedo que es origen de la desidia y la desesperanza que embarga a los jóvenes y a la sociedad en su conjunto. Necesitamos una iglesia que nos ayude a dar los primeros pasos de la Liberación, esos primeros pasos que siempre empiezan en la persona y terminan por ser un grito más fuerte que uno mismo y que es preciso compartir.

Una iglesia servidora tiene que ser un espacio de libertad, donde la reconciliación no se convierta en amnesia histórica disfrazada de bondad de los justos. Tiene que ser el lugar de la libre expresión, no para hacer política en el templo, sino para encontrar las palabras que cuenten nuestra historia desde abajo, sin las cifras victoriosas, intentando que la memoria sea reconstruida. Necesitamos una iglesia Madre, que trabaje por la verdad sin ambigüedades, que no confunda el amor a los enemigos con el oportunismo político. Una iglesia que nos ayude a nombrar este dolor para ofrecerlo y actuar, sin que nos quiten la voz.

¡Cuente con nosotros Santo Padre! ¡Dios lo bendiga y lo guarde! Un fuerte abrazo desde el Caribe,

Erick Alvarez Gil, 28 años,
Ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica, parroquia San Francisco de Paula.

Anabel Alpízar Ravelo, 29 años,
Licenciada en Comunicación Social, expulsada de su trabajo, capilla Jesús María.

Luis Alberto Mariño Fernández,
27 años, Licenciado en Composición Musical, parroquia Salvador del Mundo.

María de Lourdes Mariño Fernández,
29 años, Licenciada en Historia del Arte, parroquia Salvador del Mundo.

Manuel Robles Villamarín,
24 años, Técnico informático, expulsado de la universidad, parroquia Siervas de María.

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Iniciativa de la sociedad civil distribuye alimentos y medicamentos a víctimas de violencia de género en La Habana

Activista Dunia Medina repartiendo ayuda a familias víctimas de violencia de género.
Activista Dunia Medina repartiendo ayuda a familias víctimas de violencia de género.

Donaciones de alimentos, medicinas, productos de aseo, ropa y zapatos han sido distribuidas en La Habana por la Red Femenina de Cuba y los proyectos Corredor Humanitario y Solo el Amor, en una iniciativa encaminada a traer esperanza a mujeres y familias víctimas de violencia de género.

Desde espaguetis y fideos hasta medicamentos esenciales para la hipertensión y antibióticos, cada contribución impacta en la vida de estas personas, explicó la activista Dunia Medina, integrante de la Red Femenina, residente en Lawton, La Habana.

Según explicó a Martí Noticias, la campaña es una idea de la Red Femenina conjuntamente con el proyecto "Solo el Amor" y las donaciones son enviadas desde España, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana, entre otros países.

"Estos recursos son vitales para brindar apoyo a mujeres sobrevivientes de violencia de género, muchas de las cuales continúan viviendo con sus agresores, debido a la falta de opciones seguras", indicó Medina.

“Ellas siguen en esta situación porque no tienen para donde ir. Viven con su agresor en el mismo hogar y es lo que ellas me dicen: ¿para dónde voy a ir si yo tengo un niño pequeño? (...) Aquí no hay un lugar de acogida para mujeres, que uno pueda decir 'puedes venir para esta casa de acogida y te atendemos y apoyamos'. Aquí no tenemos eso”, comentó.

Mujeres víctimas de violencia de género en Cuba reciben ayuda de la sociedad Civil
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Hasta el momento, las ayudas han sido distribuidas principalmente en La Habana, pero se espera que se establezca una estructura que permita llegar a otras provincias del país, señaló Medina, quien indicó que se ha priorizado a las mujeres más vulnerables y necesitadas.

Las donaciones son recibidas con mucha alegría especialmente por los niños.

“Con qué alegría ellos reciben esta ayudita. Brincan, saltan, es una alegría. Las madres lloran y miran así para el cielo y dicen 'Gracias, Dios mío, por esta ayuda!", relató la activista.

Preso político Ángel Cuza espera por más de un mes el paso a régimen de menor severidad

Imagen del preso político Ángel Cuza Alfonso tomada de campaña por su liberación (Facebook de Ángel Cuza Alfonso)
Imagen del preso político Ángel Cuza Alfonso tomada de campaña por su liberación (Facebook de Ángel Cuza Alfonso)

En espera de pasar a un régimen de menor severidad se encuentra el activista y preso político Ángel Cuza Alfonso, en la cárcel Combinado del Este, en La Habana.

“Está esperando desde el mes pasado” ser trasladado a un campamento o régimen de menor severidad, tal como está establecido en las leyes penitenciarias cubanas, dijo a Martí Noticias su esposa, Dianelis Romero, quien el martes recibiera una llamada telefónica del prisionero.

Romero manifestó preocupación por las condiciones carcelarias que enfrenta su esposo en la cárcel Combinado del Este: “Todo está pésimo, tremenda hambre, lo único que me pide que le lleve bastante comida; mucha hambre, muy mala alimentación”.

"Medicamentos no hay, no hay nada. En la calle no hay, imagínate allá adentro en la prisión, menos que menos”, afirmó.

Un mes de retraso lleva el paso a "campamento" del preso político Ángel Cuza
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No obstante, Romero aseguró que su esposo se encuentra bien de salud: “Se ve fuerte, estuvo con alergia, porque él es alérgico a toda la mala higiene y todas esas cosas ahí, pero bueno, está bien”.

La mujer también se refirió a los riesgos que corren los presos políticos cubanos de que les sean “fabricadas” nuevas causas para mantenerlos fuera de las calles.

En enero de 2024, un grupo de 17 organizaciones y medios de prensa condenaron el encarcelamiento de Cuza Alfonso, condenado el 7 de noviembre de 2023 a un año y seis meses de cárcel por el supuesto delito de “desorden público”.

Reconocidas agrupaciones como el PEN Internacional y Artículo 19, exigieron al gobierno cubano la inmediata liberación del reportero de Cubanet y denunciaron que la motivación para sentenciarlo y mantenerlo en prisión es exclusivamente política.

"Ángel Cuza se suma al largo listado de periodistas y activistas que sufren la sistemática violación de sus derechos humanos, acentuada los últimos años por el deterioro socioeconómico y político por el que atraviesa Cuba", indicaron estas organizaciones.

(Con reporte de Ivette Pacheco para Martí Noticias)

Muchos cubanos no pueden cocinar ni preservar los alimentos a causa de los apagones

Muchos cubanos no pueden cocinar ni preservar los alimentos a causa de los apagones
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Otros 18 balseros cubanos tocan tierra en los Cayos de Florida

La embarcación en la que viajaban los migrantes cubanos. (Foto: @USBPChiefMIP)
La embarcación en la que viajaban los migrantes cubanos. (Foto: @USBPChiefMIP)

Un grupo de 18 balseros cubanos habría sido repatriado a través del Puerto de Orozco, en Bahía Honda, provincia Artemisa, tras arribar este martes a un islote deshabitado en la zona de los Cayos del estado de Florida, según trascendidos, que no precisaron género, edades ni lugar de procedencia de los migrantes.

En este caso, intervinieron elementos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Guardia Costera que continúan patrullando las aguas de la región meridional del país, indicó en su cuenta en la red social X, Samuel Briggs II, segundo jefe interino del sector Miami de CBP.

El canal 7 News, de Miami, reportó que los 18 balseros fueron repatriados en las últimas horas, pero un vocero del USCG dijo a Marti Noticias no tener información que confirme que se haya ejecutado la repatriación.

El viernes pasado, la Guardia Costera de EEUU repatrió a 19 balseros cubanos interceptados en el mar el 13 de abril, cerca de Cayo Hueso, Florida, cuando intentaban arribar al país de forma irregular.

El domingo último, un buque de la empresa de cruceros Carnival rescató a 27 balseros cubanos cerca de la región sur del oriente cubano. Usualmente los migrantes detenidos en altamar son repatriados a Cuba en cumplimiento a acuerdos firmados por los dos países para que todos los migrantes que lleguen por mar al territorio estadounidense sean devueltos al país caribeño.

Represión, apagones, escasez de productos básicos, inflación galopante, entre otras penurias, son causantes de una oleada migratoria sin precedente desde la isla. La Habana achaca el evento a lo que llama bloqueo (sanciones de EEUU) y a las políticas estadounidenses que benefician a los cubanos al ingresar de manera irregular a EEUU, como la Ley de Ajuste Cubano.

La Guardia Costera ha reiterado a los cubanos que salir de la isla en embarcaciones precarias con la idea de cruzar el estrecho de la Florida y llegar a Estados Unidos es ilegal y extremadamente peligroso. Por su lado, La Habana ha manifestado que mantiene firme su compromiso con una migración segura y ordenada.

"No hay presupuesto", dijeron las autoridades a las madres que protestaron frente a la casa de Díaz-Canel (VIDEO)

Madres que protestaron frente a la casa de Díaz-Canel / Foto: Captura de video
Madres que protestaron frente a la casa de Díaz-Canel / Foto: Captura de video

Al menos siete madres cubanas exigieron la pasada semana alimentos, medicinas y una vivienda justa frente a la residencia del mandatario Miguel Díaz-Canel, en La Habana.

Varios videos en redes sociales muestran a las mujeres con sus hijos exigiendo sus derechos. Uno de los materiales corresponde a Estanys de la Caridad Rodríguez Aldama, una joven de apenas 20 años y con una niña de dos, quien se acercó a la vivienda del gobernante el pasado jueves para entregarle una petición de ayuda.

Desde allí, Rodríguez Aldama publicó un video en vivo desde su perfil de Facebook en el que contaba lo que estaba haciendo. Luego de varias horas en el lugar, la subieron a un carro de la Policía y se la llevaron.

La joven luego compartió varios clips en sus redes sociales en los que decía que la habían amenazado con quitarle el internet. "Aquí nada más están viviendo los dirigentes, el pueblo se está muriendo de miseria", comentó.

Madres cubanas protestaron frente a la casa de Díaz-Canel
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Un grupo de otras seis mujeres residentes en el municipio capitalino de Marianao se presentaron también con sus hijos la pasada semana en los alrededores de la casa de Díaz-Canel. A ellas las enviaron a presentar sus quejas en el Consejo de Estado y aunque lo hicieron, tampoco han obtenido una solución a sus problemas.

"Nosotras somos de la demográfica", explican las mujeres en referencia a una categoría creada por el gobierno para supuestamente beneficiar con viviendas a las madres (o tutores) con tres o más hijos menores de 17 años de edad.

A su denuncia las autoridades respondieron diciéndoles que no las podían ayudar y que "con lo del tema de las casas teníamos que seguir esperando porque no había materiales ni presupuesto".

A inicios de marzo varias de las madres que han protestado en Cuba conversaron con Martí Noticias sobre las amenazas que han recibido por parte de las autoridades.

“Sé que las represalias que toman aquí, el gobierno cubano, contra las mujeres que se manifiestan son medidas fuertes; lo primero que hacen es amenazarnos con quitarnos a los niños, con meternos presas y todas esas cosas y me he sentido atemorizada", explicó Yadiuska Domínguez, una joven madre de tres menores que protestó en octubre en la comunidad Adriano Galano Cautín, conocida como La Favela, en el municipio guantanamero de Maisí.

"Las mujeres con hijos nos volvemos leonas por la situación que tenemos con nuestros hijos”, comentó por su parte Yaquelín de la Caridad Rodríguez una de las que se unió al grupo de mujeres que protestaron frente al Ministerio de Salud Pública de Cuba en La Habana en noviembre de 2023.

(Con reporte de Yaima Pardo para Martí Noticias)

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